InicioComunicaciónComPol¿Contratar consultores o «alquilarlos»? La elección de Elizabeth Warren

¿Contratar consultores o «alquilarlos»? La elección de Elizabeth Warren

XAVIER PEYTIBI

Este artículo forma parte de la serie de contenidos del espacio ELECCIONES USA 2020, donde irán escribiendo distintas firmas invitadas.

¿Qué es mejor en una campaña electoral? ¿Lo es contratar a empresas externas —casi siempre las mismas— para que realicen encuestas o contenidos, o spots, para que ayuden a definir públicos a los que enviar publicidad, o para que preparen estrategias?, ¿O bien es mejor armar un gran —y caro— equipo que sea el encargado de generarlo absolutamente todo, de modo interno? Por un lado, está la profesionalidad comprobada de las consultorías; por otro, la fidelidad asegurada de los propios miembros del staff.

Casi todas las candidaturas, por ahora, se inclinan más por la primera opción y así se ahorran también los gastos de tener tanto personal. Pero no todas. La campaña de Elizabeth Warren, que logró 19,1 millones de dólares en donaciones el segundo trimestre del año, prefiere contratar a más gente.

La razón, como indicaban en Politico, es también simbólica: «Warren y su equipo de campaña ven la campaña estándar como otro símbolo de la corrupción de Washington, y una oportunidad para hacer las cosas de manera diferente».

Pero he aquí el handicap: tan solo en el primer trimestre, Warren gastó un millón de dólares solo en pagar a sus trabajadores, mucho más que cualquier otra candidatura. Más del doble, por ejemplo, que la de rivales como los senadores de Estados Unidos Bernie Sanders y Kamala Harris, los dos que recaudaron más dinero en el mismo periodo de tiempo. 

Aún no se conocen todos los «consultores en jefe» que están con cada candidatura, pero sí los de algunas. Por ejemplo, Jim Margolis (con Juan Rodríguez y el resto de su firma) está con Kamala Harris; Faiz Shakir con Bernie Sanders; Jess Fassler con Kirsten Gillibrand; Addisu Demissie con Cory Booker; y Joe Biden ha contratado a 12 consultores que estuvieron ya con Obama (que se multiplican como los panes y los peces en todas las candidaturas), entre ellos Eric Mindich, uno de los mejores fundraisers políticos demócratas. Por su parte, Warren «fichó» como jefe de campaña a Roger Lau, un hombre de confianza que ya estuvo con ella en las campañas de 2014 y 2018.

La estrategia de Warren es atrevida. Por un lado, se asegura tener el control de toda su campaña, pero, por el otro, si las cosas no salen bien, los gastos se pueden multiplicar, resultando difícil recortar rápidamente en staff, con lo que debería recortar en otros gastos, como la publicidad.

Por ahora, no le va mal. De hecho, esta semana se sitúa por primera vez delante de Joe Biden en la media de encuestas que realiza Real Clear Politics. Faltará ver si esta subida en las encuestas (ella ya era favorita en mercados de predicción e incluso en una encuesta privada con consultores políticos) le permite lograr más donaciones y, por tanto, que no peligre su presupuesto de campaña. 

(Más recursos e información en ELECCIONES USA 2020)

Fotografía: Jorge Alcalá para Unsplash

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