Publicado en: El Periódico de Catalunya (24.02.2014)(versión PDF)

Creado en el 2004, el Partido de la Izquierda Europea, comúnmente conocido (y abreviado) como la Izquierda Europea, agrupa a partidos de la izquierda anticapitalista europea, siendo estos principalmente comunistas, socialistas democráticos y de otras corrientes de izquierda. En España, Izquierda Unida, Partido Comunista y Esquerra Unida i Alternativa forman parte de ese proyecto común.

El pasado 15 de diciembre, el líder del partido griego Syriza, Alexis Tsipras, fue elegido candidato a la Comisión Europea con el apoyo de una amplia mayoría de los delegados que asistieron al cuarto congreso de la organización. El PIE tiene actualmente 35 eurodiputados, tres de ellos de Grecia (de los 22 con los que cuenta este país), y es más que probable que aumente -y mucho- su presencia en el próximo Parlamento europeo, por los votos griegos, pero también por el éxito en otros países de los partidos más a la izquierda del espectro electoral. Su elección como candidato, con un 84% de los votos, destaca especialmente por su juventud, por ser griego, de un partido emergente y por simbolizar, de alguna manera, las consecuencias que tiene la presión de la Unión Europea en un determinado país. Es el orgullo griego lo que le dio el éxito a Syriza; y es el orgullo griego −y el de otros países empobrecidos por la crisis− lo que puede seguir dándole réditos electorales.

El joven Tsipras, de 39 años, políglota, es un líder nato, que ya «ocupó» su colegio a los 17 años. Es el líder del partido Synaspismos, integrado en Syriza, y también de esa coalición y uno de los artífices de los grandes resultados del partido en Grecia, situándolo en segunda posición en las pasadas elecciones. Su retórica, además, es notoria. Se dirige siempre a los sectores de la población más desfavorecidos, atacando a ricos y poderosos.

Desea mantener el euro y, según sus palabras, se presenta como candidato a la Comisión Europea para ser la «fuerza antagónica frente al neoliberalismo», que ha construido «la Europa de los pobres». Para él, las elecciones al Parlamento Europeo de mayo de 2014 «son una oportunidad histórica para que los europeos hagan que ese cambio que estamos reclamando sea posible, para que podamos echar a los responsables de la crisis y para seguir insistiendo en que su receta, la de la austeridad, ha fallado».

Tsipras está casado y tiene dos hijos. El mayor se llama Ernesto, como tributo al Che Guevara. Todo un símbolo, también, de que tiene muy clara su ideología. Ernesto, junto a su padre y familia, se mudará pronto a Bruselas y, aunque el candidato tiene muy pocas −casi nulas− posibilidades de ser el próximo presidente de la Comisión Europea, sus propuestas y la fuerza que adquirirá con él el Partido de la Izquierda Europea pueden marcar el devenir de Europa en los próximos cinco años.

Tsipras inspira a otras fuerzas políticas, por su verbo y su estilo, y representa el renacimiento del pensamiento comunista contemporáneo. Es un clásico moderno. Puede ser una sorpresa. Viene de Grecia, todo un símbolo.