Apenas tres de cada diez estadounidenses aprueban la gestión del Partido Demócrata, según una encuesta de finales de marzo de CNN. Es el número más bajo desde 1992. Muchos votantes están poco entusiasmados con la dirección que lleva la organización. Sin embargo, el 24 de junio parecieron vivir una realidad paralela en la ciudad de Nueva York. Las primarias para alcalde consiguieron más participación de lo esperado. La campaña entusiasmó a buena parte de la militancia.
El responsable fue Zohran Mamdani, un congresista de la Asamblea Estatal de Nueva York de 33 años que tenía apenas un 1% de apoyo cuando anunció su candidatura. Su campaña hizo hincapié en dos de los elementos en los que más han fallado los demócratas en el último año: capacidad para conectar con las preocupaciones económicas del electorado y adaptación al lenguaje y los códigos de las redes sociales.
En una ciudad en que el precio promedio de un piso de dos habitaciones puede exceder de 5.000 dólares al mes, ofreció congelar alquileres. En una ciudad en que hay más de dos docenas de barrios calificados como «desiertos de comida» por la dificultad para acceder a alimentos frescos y saludables, propuso crear mercados públicos. En resumen, en una ciudad cada vez más hecha a la medida de los ricos, prometió trabajar para que haya de nuevo espacios para las clases medias y bajas.
Sus ideas y estilo cercano hicieron que conectara con un buen número de electores. Se trasladó a las actividades de campaña en metro, su acto de cierre fue caminar de punta a punta de la ciudad mientras saludaba a los vecinos, y grabó vídeos de redes en diferentes idiomas para dirigirse a grupos específicos, incluyendo uno en español con muy buen acento. Además, sus orígenes multirraciales (padres indios y nacido en Uganda) le permitieron parecerse a una ciudad diversa.
¿Y qué nos dice todo esto sobre el Partido Demócrata? Que el hecho de que su porcentaje de aprobación sea en estos momentos tan bajo no es algo fatal ni irreparable. Los electores se fijan ahora más en los líderes que en los partidos. En el 2023, año de generales, autonómicas y locales en España, el 41% de los ciudadanos eligió su voto motivado por un candidato o candidata. Los partidos solo movilizaron a un 2,5%.
Los demócratas han de aprender una lección de Nueva York. En la ciudad lo intentaron centrando recursos millonarios en Andrew Cuomo, que no quedó ni cerca de Mamdani. Hay una personalidad contagiosa de energía, determinación y confianza en este joven de sonrisa seductora.
Y, enfrente, el malhumorado Trump, que desea que los demócratas sigan desorientados y sin líder. En sus primeros 100 días en la Casa Blanca, mencionó a Joe Biden al menos 580 veces porque sabe que seguirán en la lona mientras el expresidente sea su cara más reconocible. Eso fue hasta hace unos días. Trump —por temor o arrogancia (no puede permitir nadie con estrella propia)— ha empezado a ya amenazar directamente a Mamdani. Algo puede pasar.
Publicado en: La Vanguardia (07.07.2025)