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La moda de la bandera roja

Publicado en: El Periódico (29.06.2008) (versión pdf en castellano) (versió pdf en català)

Lo que parecía simplemente una buena estrategia de márketing televisivo puede acabar siendo una excelente solución de marca para la selección nacional. El éxito desbordante de la denominación La roja radica en atributos ganadores: pluralidad, creatividad y pasión.

Pluralidad. La roja representa mejor la diversidad estética, cultural y deportiva de nuestro combinado. Vivimos en un estado pluricultural, plurilingüístico y plurinacional en el que muchas fuerzas políticas, y no pocas federaciones deportivas, aspiran legítimamente a que las naciones de España puedan competir con sus propias selecciones, como ya ocurre en otros deportes o como sucede, con naturalidad, en el Reino Unido. Allí, Inglaterra compite con las otras naciones británicas al máximo nivel, y no se rompe nada.

La roja -así, simplemente-, libera de culpa a los amantes del fútbol de competición, que sienten que su selección natural (y nacional) es otra, diferente a la española. Con La roja pueden hacer suya la selección de Luis, sin que se les rompa ninguna arteria emocional y sin problemas de conciencia. Además, nos va bien que el himno no tenga letra. El himno, con letra, desafina.

Creatividad. La simplicidad y novedad de La roja tiene imagen de modernidad y frescura. La roja ha calado hondo, sorprendiendo a sus promotores, porque los medios de comunicación han sido generosos y hábiles. Invento de Cuatro, ahora es patrimonio de todos. Es lo que tienen los buenos inventos, que la sociedad los patenta, haciéndolos suyos. La roja suena a nuevo, a moderno, a dinámico y a diferente. El color de los ganadores, el color de muchas marcas líderes.

La roja ha despertado la vena lúdica y provocadora de muchos aficionados jóvenes. Los medios de comunicación y la red compiten animando iniciativas sorprendentes y guasonas: del vudú al muñeco boludo y al canibalismo deportivo. Los más juguetones han devorado pasta italiana con salsa de tomate, han regalado ensaladillas rusas con pimientos rojos y proponen comerse salchichas alemanas untadas con ketchup para celebrar el título de campeones. El rojo de La roja es divertido y creativo. Es el color de la nariz de los payasos. El rojo sonríe y contagia.

Pasión. El rojo es el color de la pasión y la excitación sexual. El color del amor, del fuego, del peligro y de lo prohibido. Atrás queda la furia roja, de resonancias épicas más propias de comunidades amenazadas, atrapadas, y de la tragedia, de quienes han perdido imperios o tienen problemas de autoestima. Adiós a la caspa furiosa y bienvenida la pasión roja.
La roja es, como bandera emocional, mejor que la rojigualda. Ha conseguido, por ejemplo, que la plaza de Colón sea algo más que el icono de algunos para ser la Plaza Roja de todos. Quizás nos irá mejor, socialmente. Y en lo deportivo, nos ha llevado hasta la final. 

Enlaces de interés:
El valor estratégico de «la roja»
– Esperanza con la roja

Documentos de interés:
La socialización del rojo
Fuente: El País 01.07.2008 (Josep Ramoneda) (versión pdf)

Luis Aragonés, la resiliencia de un líder
Fuente: El Blog de José Cabrera (29.06.2008)

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