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La química de Rubalcaba

Publicado en: El Periódico de Catalunya (10.07.2011) (versión pdf)

El acto de ayer no fue estrictamente un mitin; tampoco una conferencia o una intervención parlamentaria. Vimos una clase. Rubalcaba, en otra época ministro de Educación y Ciencia, mostró una de sus principales cualidades y debilidades: la pedagogía política. Ejerció de profesor, más que de candidato.

Alfredo Pérez Rubalcaba es químico de formación. Conoce bien las reglas de la acción-reacción. Y sabe de la vulnerabilidad de los estados de ánimo. Comprende que, sin moral de combate, no hay victoria soñada; que sin esperanza no hay retos, solo resignación. La primera zancada de su complicada carrera electoral ha sido la reagrupación política (todas las familias y generaciones socialistas juntas) y el rearme emocional de militantes y electores. Su discurso no fue para los ciudadanos, ni tampoco para España (de la que no citó, ni una sola vez, su realidad plural o autonómica, por ejemplo). Habló solo para los socialistas.

El acto fue medido y más profesional que nunca. Sin banderitas, sin sintonía electoral clásica y sin el logotipo del partido, buscando el escenario natural para ofrecer una imagen presidencial y personal, los únicos espacios donde Rubalcaba saca una gran ventaja a Rajoy. Que pareciera sobrio, austero y sencillo es tremendamente complicado. Rubalcaba ha llevado, hasta ahora, la iniciativa durante toda la semana con su nueva imagen en internet, con el anuncio de su salida del Gobierno y con la expectativa creada sobre su discurso de ayer. Y ya ha ganado una primera batalla, la de la marca R, la letra que comparte con su rival, Rajoy. Los acrónimos son muy importantes en comunicación política. Lo sabemos bien desde JFK y lo hemos vivido con ZP.

La R es su símbolo en el vídeo promocional. Todos los adjetivos que le definen empiezan con esta letra: racional, rápido, realista, receptivo, reformista, relajado, renovador, resistente, responsable, riguroso, risueño…, entre otros. Pero las elecciones no se ganarán con ocurrencias, aunque sean inteligentes, sino con soluciones y confianza. Va de Resultados.

Rubalcaba ha empezado la carrera con buen pie. La distancia que le lleva el rival es extraordinaria. Y él corre con las zapatillas de Zapatero y de su gestión compartida, también de su pasado. Pero Rajoy ya puede empezar a verle a lo lejos. Y, si se obsesiona en girarse constantemente, puede tropezar. Veremos quién gana: si el sutil Alfredo Pérez Rubalcaba o la eficacia electoral del PP. Si la persona o el partido. Si la química o la física.

Enlaces de interés:
Analizando el discurso de Rubalcaba
Analizando la nueva imagen de Rubalcaba

Otros artículos:
Con R de R&R (Ruth Carrasco, 11.07.2011)

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