Hasta el próximo 6 de enero, en la Alhóndiga de Bilbao, se puede ver la exposición Guerrilla Girls, un colectivo artístico feminista de Estados Unidos que se convirtió en una referencia internacional de denuncia sobre la posición subordinada de las mujeres en el mundo del arte. El grupo nació en Nueva York en 1984 y se denominaron así por usar tácticas de guerrilla para promocionar la presencia de la mujer en el arte. Las miembros del grupo originario, que también tuvo continuación en Francia y el Reino Unido, siempre llevaban una máscara de gorila y, ocasionalmente, minifaldas y medias de red. Las Guerrilla Girls inventaron una combinación única de texto, contenido y gráfica veloz que presenta los puntos de vista feministas con un humor descarado y divertido.
Otro ejemplo es La Barbe, un grupo de acción feminista fundado en 2008 en Francia. Sus activistas denuncian la ausencia o la escasa representación de las mujeres en las instituciones que representan el poder económico, político, cultural y medios de comunicación y, por ello, se ponen barbas en sus manifestaciones y performances.
Vestirse de prostituta para protestar es otra acción que empezó en la Universidad de Toronto como protesta ante los acosos sexuales. En 2011, ante las protestas de mujeres, el policía Michael Sanguinetti alertó a las estudiantes de que si no querían ser víctimas de acosos sexuales debían «evitar vestir como puercas». Por ello, se organizó en esa ciudad la primera Slut Walk o «marcha de las putillas», con 3.000 participantes, para protestar contra los agresores y contra la postura del policía, quien se arrepintió públicamente. La protesta ha ido extendiendo como una mancha de aceite. En Canadá —además de en Toronto— se han organizado manifestaciones ‘slut walk’ en ciudades como Ottawa. En Estados Unidos, se han manifestado 2.000 mujeres en Boston y, en menor cantidad, en Dallas o Nueva York, entre otras, donde la organización de manifestaciones se ha expandido a través de las redes sociales.
Pero la protesta que más ha llamado la atención mediática en los últimos años es la de Femen, grupo feminista nacido en Ucrania en 2008 y que se ha extendido por el mundo. La organización obtuvo fama internacional por sus protestas con los pechos desnudos contra el turismo sexual, instituciones religiosas, agencias de matrimonio internacionales, sexismo y otros asuntos sociales nacionales e internacionales.
En 2012, en China, también fue muy destacada (por desconocida en ese país) la iniciativa de un colectivo feminista que protestaba vistiéndose con burkas en el metro de Shanghai; se manifestaban contra el acoso a las mujeres en este medio de transporte. Las autoridades habían pedido previamente a las mujeres que se vistieran correctamente y sin lucir ropa provocativa para evitar ser acosadas, lo que molestó, obviamente, al colectivo feminista chino.
Estas acciones consiguen llamar la atención de los medios de comunicación. A mayor creatividad o escándalo, más difusión. Las redes sociales, además, han hecho que su éxito sea exponencial y que sus actos, imágenes y vídeos sean compartidos una y otra vez. Es, tal vez, y como se recogía en el diario El País, un nuevo feminismo, más mediático y creativo.
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Fotografía: Hulki Okan Tabak para Unsplash
Enlaces de interés:
– El viceprimer ministro turco insta a las mujeres a no reír en público… y responden así (El Huffington Post, 30.07.2014)
[…] de partida. Pero hay un tránsito posible que va de los habituales concursos (un buen estímulo) a fotomanifestaciones, a la vigilancia política (como la contundente iniciativa de Quién Manda), o a los talleres de […]