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Política y alimentación

El actual alcalde de Nueva York, el demócrata Eric Leroy Adams, es un político con una personalidad arrolladora, y tiene una trayectoria y perfil muy disruptivos. Además, es el primer alcalde vegano y le encanta compartir su dieta y sus preferencias como parte de una estudiada y cuidada imagen pública.

En nuestro entorno más cercano, por el contrario, hay poca información sobre la dieta de nuestros políticos y políticas, más allá de la pura instrumentalización de una puntual foto electoral. Estamos solo con debates a trompicones, por ejemplo, por el consumo o la calidad de nuestra carne.  ¿Se acuerdan del famoso «chuletón» de Pedro Sánchez, cuando descalificó con su contundente frase al ministro de Consumo, Alberto Garzón, dando respuesta así a su declaración sobre la necesidad de consumir menos carne? Hoy el ministro vuelve a estar en el centro de la polémica por sus declaraciones sobre la calidad de nuestra carne exportada y las macrogranjas de la industria cárnica.

La alimentación ocupa cada día más relevancia en nuestras vidas (2021 fue declarado Año Internacional de las Frutas y las Verduras y, Barcelona, Capital Mundial de la Alimentación Sostenible). Es un tema que genera tendencias poderosísimas en redes sociales; hay graves trastornos alimentarios que son fuente de dolor y de costes sanitarios inasumibles; es motivo de preocupación estética y saludable; y, además, forma parte del ecosistema económico más fértil de nuestra economía que va, desde nuestra industria agropecuaria hasta el turismo o la restauración.

Queremos saber, también, cómo compran, cocinan y comen nuestros líderes. Cómo se alimentan es información política sobre la consistencia de sus valores, la calidad de sus actitudes, la coherencia de sus comportamientos y la innovación de sus propuestas políticas. Además, es información valiosísima para las y los electores en tiempos de personalización de la política. Dime lo que comes y me imaginaré cómo gobernarás.

El crecimiento del vegetarianismo y el veganismo en España, por ejemplo, en menores de 30 años no se puede explicar sin una concepción política de la vida cotidiana y de la alimentación para las nuevas generaciones. Somos lo que comemos.

Hablemos también de lo que comen sus señorías, por ejemplo, para que discutamos de política en serio.

Publicado en: La Vanguardia (6.01.2022)

Enlaces asociados:
– Presentación PPT sobre «Metáforas comestibles»
Obesity Update 2017 (OCDE)
Artículos de interés:
How Google Got Its Employees to Eat Their Vegetables (Jane Black. OneZero, 6.02.2020)
El PP lanza la batalla cultural de la carne como ariete electoral en Castilla y León (Elsa García De Blas. El País, 7.01.2022)

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