Permacrisis

El término permacrisis ha sido seleccionado por el Collins Dictionary como palabra del año en el Reino Unido y como señalaba su director, Alex Beecroft, «el objetivo es reflejar el estado del mundo ahora». En el 2020 este diccionario seleccionó la palabra confinamiento y en el 2021 las siglas NFT (non fungible token), de tokens no fungibles, activos digitales certificados mediante la tecnología blockchain.

En la lista de este año, otros términos registrados han sido: Kyiv, en inglés, para designar a la capital ucraniana en contraposición a la denominación que viene del ruso, Kiev, y sportswashing, haciendo referencia a las prácticas en las que se utiliza el deporte para tratar de lavar la cara a la reputación dañada de individuos, corporaciones o estados. ¿Pensaban en el Mundial de Catar?

El poder de las palabras, los marcos mentales y las emociones que estas evocan contribuyen a este dibujo (nada alentador) de la realidad que estamos viviendo. Permacrisis nos indica inestabilidad, inseguridad, y añadiría incertidumbre, pobreza y todo ello por un periodo de tiempo prolongado. Atemoriza pensar en lo permanente como algo irrevocable, inapelable, definitivo. ¿Sin alternativas?

Contemplar, en el ámbito de la política o la economía, la idea de que lo excepcional será la seguridad y la estabilidad, en lugar de crisis y fragilidad permanentes, nos obliga a revisar profundamente el conjunto de recursos, habilidades y actitudes que debemos incorporar para vivir sobre un suelo socialmente resquebrajado, y con el techo de la democracia hundido parcialmente.

Adquirir mayor frugalidad en la vida personal y comunitaria; aumentar las redes de cooperación horizontal y solidaria; politizar la economía para embridar el caballo desbocado de la codicia financiera o la irresponsabilidad medioambiental; crear alianzas público-privadas por el bien común, y asumir en lo individual y local el cambio que se exige o se necesita en lo global son algunas de las tareas urgentes para transitar por este periodo de niebla húmeda espesa, por este mundo democrático envejecido y frío, en palabras de la historiadora Anne Applebaum.

Y, sobre todo, no soltarse de la mano. La niebla genera ansiedad y miedo. Solo la mano del otro puede socorrernos. Declinemos la vida en primera persona del plural.

Publicado en: La Vanguardia (10.11.2022)
He pedido de nuevo la colaboración de Alberto Fernández (La Boca del Logo) para realizar la ilustración de este artículo.

Enlaces asociados:
La palabra del año (Diccionario Oxford, 2008-2021)
La permacrisis (Shaun Riordan. Esglobal.org, 17.01.2023)

Otros contenidos

El recurso imbatible de la carta

El anuncio del presidente no parece una retirada sino una reagrupación de energías, aliados, apoyos y medios. La nueva grieta no es de derechas...

¿Por qué Trump vende biblias?

SANTIAGO CASTELO Este artículo forma parte de la serie de contenidos del espacio ELECCIONES USA 2024, donde irán escribiendo distintas firmas invitadas. Hace algunas semanas, conocimos que...

Dopamina

Vivimos inmersos en la cultura de la inmediatez y la aceleración, donde absorbemos cantidades ingentes de información y estamos sometidos a estímulos constantes que...

2 COMENTARIOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.