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Hablemos de dinero: la propuesta de Trump y Biden

AGUSTINA FALAK

Este artículo forma parte de la serie de contenidos del espacio ELECCIONES USA 2024, donde irán escribiendo distintas firmas invitadas.

En cualquier campaña electoral, los análisis suelen enfocarse en los mensajes, la imagen, las controversias, las apariciones televisivas, los videos virales o las encuestas. Poco suele decirse, sin embargo, del dinero, un recurso fundamental para que cualquier proyecto político avance. La carrera por la presidencia de los Estados Unidos ofrece en este sentido un caso de sumo interés, particularmente para la comunicación.

Una noticia reciente sacudió los análisis: en marzo, la campaña de Joe Biden logró recaudar más dinero que la de Donald Trump. Entre los días de mayores ingresos, se cuentan las 24 horas posteriores al discurso del presidente sobre el estado de la Unión y una velada en Nueva York en la que consiguió US$ 26 millones.

Esta novedad, de gran peso mediático y comunicacional, significó una recaudación de US$ 90 millones por parte de la campaña demócrata a lo largo del mes de oficialización de las candidaturas, contra los US$ 65 millones que consiguió el republicano.

(Desde ya, se alardea sobre el dinero del que se puede hablar y sobre el que se puede dar cuentas. De hecho, desde la campaña de Biden agregan que fueron fundamentales los donantes de pequeños montos —los grassroot donors—. Quedan por fuera de la construcción de la noticia, entonces, otros mecanismos de financiación de campañas, como los anónimos e irrestrictos SuperPAC, que abren el camino a la colaboración, las facilidades y los favores, una vez ganada la elección tanto en territorio estadounidense como a nivel global).

El tema es relevante: más dinero significa más anuncios, más empleados y más oficinas en puntos estratégicos del mapa en una elección que se presenta sumamente reñida. En definitiva, una mayor estructura para retener la Casa Blanca.

La novedad asesta un golpe a un aspecto central de la biografía de Trump: el self-made man que se vuelve multimillonario y logra el éxito en cada proyecto que se propone.

Luego de esta noticia, las miradas estuvieron puestas tanto en el desempeño del Comité Nacional Republicano como en las finanzas de Trump, afectadas por los gastos jurídicos que el expresidente debe afrontar.

Hasta aquí, todo un éxito comunicacional de los demócratas. Se impone una agenda (al menos, la parte conveniente) y se informa sobre ella con un ganador provisorio. Si la «carrera de caballos» se refería, sobre todo, a una forma de mirar la competencia electoral en el tiempo y como una manera de multiplicar las noticias, gracias a la publicación de encuestas, estamos en presencia de una nueva «carrera de caballos», esta vez cheque en mano.

Sin embargo, ese brillo que presenta la campaña demócrata no debe engañar a los observadores. Dentro de ella anidan una serie de peligros que, en virtud de la estrategia, conviene observar.

Para empezar, la jornada de recaudación récord en el Radio City Hall, Nueva York, contó con la participación de Barack Obama, Bill Clinton y varias figuras del espectáculo. Algunos analizan que este evento se trató del regreso de las grandes donaciones tras la atípica campaña de 2020, atravesada por la pandemia de la Covid-19. En otras palabras, en una de las ciudades más cosmopolitas del mundo, la élite contra la que Trump se ha plantado desde 2016 (cuando ganó la Casa Blanca) se reunió para dar su apoyo en forma de enormes sumas de dinero. Parece una puesta en escena lejana del ciudadano de a pie y de sus preocupaciones.

También se exhibe el intento de lograr un clima favorable en un contexto complejo. Las encuestas siguen mostrando un escenario, ya sea muy parejo o incluso adverso para el presidente demócrata, y las protestas por la guerra en Gaza y los gastos por el auxilio a Ucrania son una piedra en el zapato para el oficialismo.

En un episodio del podcast How To Win 2024 de la cadena MSNBC, la senadora demócrata Claire McCaskill apuntó a los inconvenientes de hacer campaña con la noticia sobre la recaudación. «Alardear que tienes más dinero que el otro tipo es una muy buena forma de recaudar dinero para el otro tipo». Esto, de hecho, motivó una competencia que dejó, como saldo, una recaudación de más de US$50 millones en Palm Beach, de acuerdo a lo reportado por la campaña de Trump (alegando que se duplicó el monto de la jornada récord de Biden, Obama y Clinton).

El dinero, en la mesa familiar, tiene a sus devotos, que ven en él la solución a todos los problemas. Y tiene, también, a los que le desconfían, por los problemas que puede traer. Para ver quiénes tienen razón, deberemos esperar a la elección de noviembre.

(Más recursos e información en ELECCIONES USA 2024)
Ilustración realizada con IA

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