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Campañas sucias empobrecen la política y lesionan la democracia

Entrevista con Cecilia Fonseca S. para su artículo en Prensa.com titulado ‘Campañas sucias empobrecen la política y lesionan la democracia‘ que transcribo a continuación. Comparto también el vídeo que amplía el texto publicado.

Las campañas sucias y negativas, independientemente del efecto que tengan en términos de destrucción del adversario o de daño a su reputación y credibilidad, son realmente perversas también para quienes las promueven.
Así, directo y sin dudar, responde Antoni Gutiérrez-Rubi al preguntársele sobre este tipo de comunicación política, cuyo uso se ha hecho costumbre en Panamá desde la campaña presidencial de 2009 y con la cual se volvió a bombardear a la población luego que la luna de miel entre los partidos Panameñista y Cambio Democrático acabó, hace ya casi un año.

Que la honra del que utiliza esta forma de comunicación política se afecte no es la peor consecuencia de toda esa guerra mediática. Gutiérrez-Rubí, asesor de comunicación y consultor político en España y Latinoamérica, señala que a pesar de ser cierto que las campañas negativas sirven para contrastar muy claramente las posiciones de los candidatos, al perderse la argumentación, la calidad del debate, la propuesta y simplemente proponer la negatividad se empobrece la política.
“Las campañas negativas no son tan efectivas como parecen, sino que lesionan el conjunto de la política democrática”, apuntó. Y da un ejemplo. Es como en un sector profesional, señala. Imagínese el taxista, que actuando de una manera negativa contra otros taxistas lo que está perjudicando es la imagen del taxi en la ciudad.

Aseguró que lo negativo y lo sucio tienen paredes muy débiles y es muy fácil cruzarlas, y detrás de ese comportamiento se lesiona el conjunto de la política. El también catedrático de al menos nueve universidades en las que dicta cursos y masters sobre Comunicación Política y quien ha escrito al menos tres libros sobre el tema, estuvo esta semana en Panamá para dar a conocer una herramienta que junto a Llorente & Cuenca ha puesto a disposición de los panameños para que vigilen la transparencia en la gestión de los diputados de la Asamblea Nacional en función de cuánto dan a conocer de su trabajo a través de la internet y las redes sociales.

DIFERENCIAS
La campaña sucia y/o negativa fue evidente durante la campaña presidencial del ahora presidente de la República, quien llegó a emitir una cuña en la que ponían a Juan Carlos Varela con orejas de burro. A pesar de ello, al final se aliaron.
Tras la ruptura en agosto de 2011 el diálogo se tornó en ataque, verbales, a través de las redes sociales y al final con cuñas —otras vez surgidas primero— desde el lado de los defensores de Martinelli. La campaña negativa es aquella que utiliza y expone las debilidades o el rostro malo o desconocido del oponente, en tanto que la sucia es aquella en la que se miente para sacar provecho.

No obstante, aclara Gutiérrez-Rubí, en las campañas sucias solo con la insidia es suficiente, con alimentar el rumor, la duda, crear suspicacia, manipular descaradamente declaraciones del adversario y construir un nuevo relato, para hacerle decir cosas que no quiere decir.
“Es muy difícil que una vez que has aceptado entrar en el juego de la campaña negativa no entres en el de la sucia. Yo creo que es cierto que hay una diferencia moral y una política entre unas y otras y no pueden tener el mismo juicio severo unas que otras, pero el ADN de las dos es el mismo: destruir antes que proponer”, advirtió. ¿Tiene el que está siendo atacado oportunidad de levantarse? A veces el combate contra una campaña negativa o sucia —explica el experto— es un combate que te permite rearmarte, defenderte, recuperar también credibilidad. Y agrega: Hay buenas oportunidades también para la política cuando uno defiende lo que cree que es justo y defiende su propia honestidad y su propia credibilidad.

FILOSOFÍA Y BUENAS PRÁCTICAS
Recuperar el sentido noble de la política. Así define Gutiérrez-Rubí en su libro la Filopolítica. “Una política digna de tal nombre requiere más meditación, más trascendencia, más espiritualidad, y, en definitiva, más ideas. La política debiera ser una “política meditada”, que no se hurtara la “dimensión espiritual” de la persona.
Hablar de espiritualidad no tiene por qué llevarnos a la religión —aclara—. Hacer brotar la espiritualidad es sencillamente no ignorar la dimensión más esencial del ser humano, esa por la que es capaz de escucharse a sí mismo y que dota a su lenguaje y a su discurso de densidad moral”.
Gutiérrez-Rubí cree que la política o más bien los políticos necesitan de incorporar un conjunto de actitudes de manera más natural, entre ellas, mirar hacia la esencia del ser humano, escuchar y pensar antes de actuar. “Estamos hablando de una mejor incorporación de las actitudes filosóficas para la acción política: reflexión, análisis, pensamiento, introspección, aprecio por las ideas aunque no sean propias, prestar la misma atención a unas propuestas y otras”.

Pensar más antes de hablar, por eso propone y promueve la incorporación de la cultura filosófica, de los hábitos filosóficos, de los contenidos filosóficos en la política democrática.
Gutiérrez-Rubí advirtió que si la política democrática es vista por los ciudadanos solo en el clima y en los entornos de la negatividad y de lo agresivo dejará de ser importante para los ciudadanos. Es cierto que ganar es importante –indicó– pero no a costa de dejar el terreno totalmente carbonizado, que no sea fértil para otras campañas, para otros proyectos, para nuevos liderazgos.

Además, ese exceso de agresividad y de negatividad puede perjudicar seriamente la sociedad en términos de cultura democrática y calidad democrática. ¿Qué le falta a la política? Buenas prácticas. Y ellas son: propuestas, debates, diálogo, hacer de la conversación el núcleo de las campañas. Dice Gutiérrez-Rubí que la suya no es una posición buenista o naif y parte de la convicción profunda de que quien no cuida la política no merece vivir de ella, ni trabajar para ella ni representarla.

Publicado en: Prensa.com (Panamá) (23.07.2012)

Vea la entrevista completa en el video que acompaña esta información.

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