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Twitter: la política vigilada

La red ha mostrado a los partidos que si no hacen política con los ciudadanos, los ciudadanos
El presidente Barack Obama ha conseguido una audiencia extraordinaria en su importante discurso de la Unión de esta semana; y no nos referimos a la televisiva, sino a la digital. Más de 760 mil tweets, según datos oficiales de Twitter, fueron escritos en relación con su intervención con el hashtag #StateOfTheUnion o #SOTU. Hubo momentos con más de 14 mil mensajes por minuto. Tras estos mensajes cortos hay millones de personas, seguidores, reputaciones y una espectacular capacidad de difusión y creación de opinión. Todo ello, en la palma de la mano. En el smartphone, en tabletas o en ordenadores portátiles. Estamos hablando de la construcción de la opinión pública en tiempo real, influyendo en los medios de comunicación tradicionales y creando los marcos mentales de percepciones e imágenes públicas muy poderosas.

Twitter se ha convertido en el canal más libre, autónomo y dinámico para compartir información, sí. Pero también en el más versátil canal multiplataforma y en el sensor de comportamientos sociales más certero de los estados de ánimo, las ideas reputacionales y los contextos públicos (hashtags). La brevedad no ha sido un obstáculo ni para la calidad ni para la transparencia. La posibilidad de retuitear (compartir los tuiteos), o mencionar a las personas o fuentes, hacen del canal un flujo constante de pistas y retazos vitales de gran tensión informativa. Además, los acortadores de URL han incrementado la conectividad y han ampliado el potencial del tuiteo como un mensaje triple: titular, fuente y más información con el link asociado a una página web, un blog, una red social o un contenedor de documentos digitales.

Los ciudadanos han dejado de consumir (paguen o no por el producto o servicio) para ser los protagonistas de la información. Los partidos han perdido el privilegio de la política, así como los medios han perdido el privilegio de la información (desaparece la exclusividad).

En Twitter se libra una batalla conceptual sobre cómo se entiende el activismo digital. En algunos partidos políticos se concibe como herramienta de modo «automático» para lanzar informaciones y hacer difusión continua, convirtiendo en algunos casos a sus simpatizantes en autómatas, más que facilitar que éstos sean autónomos. Las nuevas redes sociales en internet son un extraordinario canal bidireccional, multicanal y multiformato de comunicación y de diálogo con la ciudadanía. Twitter es un espacio para el diálogo, pero también para la respuesta irónica, mofa o crítica. O para el contraataque inteligente, aprovechando la fuerza (los errores del contrario) como sucede en el judo, para devolver el golpe digital como un boomerang . Es también una tecnología social que favorece el debate, la proximidad, la accesibilidad y la inmediatez. La red no entiende de uniformidades, ni de uniformes. El pensamiento único se impone cuando sólo hay una voz. Cuando se hace de la conversación digital un auténtico debate, se puede convencer. Si no, la alternativa es la imposición.

Política sin partidos
Hay que perder el miedo a no tener el control y confiar en los propios militantes y simpatizantes, facilitándoles los medios, la formación, los escenarios más propicios que les permitan generar contactos, alianzas y lazos entre ellos para mejorar la visibilidad del partido. Se debe consolidar la figura del ciberactivista del partido o del simpatizante online , a pesar del cambio (y por tanto el miedo) que pueda generar en la propia organización.

Hay miedo a que lo digital desborde y contamine. Algunos dirigentes, incluso jóvenes dirigentes, creen que los culos de hierro y los brazos de madera (en alusión al control orgánico de las asambleas de discursos interminables y votaciones unánimes) son más democráticos «porque la gente está presente y da la cara». Y existe el recelo mal disimulado de que tanto hervor digital sea una moda, esté vacío de contenido político y prisionero de nuevos y elitistas dogmáticos que acaben ampliando la brecha digital. Pero los riesgos, algunos de ellos muy reales, no pueden ni deben paralizar los cambios necesarios y urgentes. La política formal puede llegar tarde y mal a lo emergente. Que no se extrañe entonces de ocupar el último lugar en la valoración social.

En este fuego cruzado, a algunos dirigentes tan sólo les tienta canalizar la energía de los activistas digitales para instrumentalizar su capacidad movilizadora, pero lateralizando su protagonismo y liderazgo. Creen que el espacio digital hay que colonizarlo, sin comprender que de lo que se trata es de influir y dejarse influir. Pretenden convertir lo digital en un nuevo espacio dogmático o de reclutamiento, pero así sólo se encontrarán con redes vacías de vitalidad. No estamos hablando simplemente de nuevos militantes (cibermilitantes) o de un nuevo campo de batalla política (la Red). Tampoco se trata únicamente de nuevas herramientas (blogs, Twitter, redes sociales, videopolítica…). No, no hablamos sólo de tecnología. Hablamos de la política del futuro. De comprenderla nuevamente, de repensarla en la sociedad red.

La política no puede vivir de espaldas a esta nueva realidad. La política tiene que dar pasos decididos para incorporarse plenamente a una sociedad que ya es muy diferente de la del siglo XX y que exige nuevas demandas y nuevos actores. El estado natural del talento y de la creatividad está también en la Red. La filosofía de trabajo en cooperación, horizontal, será el sistema natural del siglo XXI y antes lo vean y lo hagan suyo los partidos, antes se darán cuenta de que si no hacen política con los ciudadanos, los ciudadanos harán política sin los partidos.

La tecnología social, en su capacidad disruptiva y su penetración global, puede favorecer un ecosistema digital en el que las personas puedan reconstruir su identidad personal y colectiva. Pero deberemos empujar para garantizar el poder de los sin poder.

En este proceso de reeducación y de uso emancipatorio de las nuevas tecnologías lo importante no es el soft , ni el hard , sino el mind . Por eso, lo esperanzador es el trasvase de usuarios a activistas. El caudal creciente de personas que, a partir de un uso exigente e intensivo de la tecnología, aprenden a empoderarse y a tomar conciencia de su dimensión global y social. La política, la nueva práctica política, será el espacio natural para la defensa del modelo de sociedad libre y justa.

En palabras de Joichi Ito: «El voto es una manera muy pobre de saber lo que la gente quiere. En el pasado era la única forma de recoger la opinión popular, pero la gente ahora puede hablarte directamente a través de las redes sociales. Creo que las voces serán más importantes que los votos. El periodismo es importante, pero lo importante es encauzar la voz de los ciudadanos, como ocurre con los procesos de democracia deliberativa: tomas una muestra aleatoria de población, la encierras en un cuarto y los pones a debatir; al final, esa muestra de gente es capaz de llegar a tener una opinión muy específica sobre cuestiones complejas como los impuestos o el sistema de salud. El ciudadano medio tiene mucha más capacidad de participar en la gobernanza de lo que se piensa, si se le da la información adecuada y se le hace ver que su voz está siendo escuchada».

Las voces. Las personas. Las redes. Es el tiempo de la reverberación social y digital. La reverberación es un fenómeno derivado de la reflexión del sonido, consistente en una ligera prolongación de éste una vez que se ha extinguido el original, debido a las ondas reflejadas. En un recinto pequeño la reverberación puede resultar inapreciable, pero cuanto mayor es el recinto, mejor percibe el oído este retardo o ligera prolongación del sonido. Hagamos grandes los recintos sociales para que sean audibles y organicemos la reverberación para transformar el ruido en una voz social comprensible, reconocible por todos y cada uno de nosotros. Rompamos el círculo de la indiferencia.

Publicado en: Reforma.com- Enfoque (29.01.2012) (versión pdf)

Artículos relacionados:
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Otro modelo de partido es posible

Enlaces de interés:
V Seminario Internacional de Estrategias Electorales y Políticas
(Ciudad de México, 2-4 febrero de 2012)
7 Herramientas gratuitas para medir la influencia en Twitter de tu marca o empresa (y compararla) (Hablando en corto, 22.01.2012)
Campañas presidenciales de hoy: ¿más redes sociales, más votos? (BBC Mundo, Miami. 23.01.2012)
La red que mueve el globo. El nuevo orden mundial (según Twitter) (Cuaderno de domingo. El Periódico, 3.06.2012)

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104 COMENTARIOS

  1. Siento decirte que este articulo, y, que narices, toda tu linea discursiva de que para la democracia, los partidos no son necesarios, que la democracia es internet y cosas así, son pura palabrería que no tiene base en la praxis real.
    Tenía ganas de decirtelo. En directo, la ultima vez que te vi, me quede con ganas de decir «el rey esta desnudo». Internet es valiosisimo. Y será también parte del futuro. Pero no, repito, no sustituirá nunca a lo físico, a la reunión física que, por muchas razones, tiene mucha mas capacidad de conformar opiniones y consensos que las votaciones, consultas, diálogos o lo que sea, por internet. Llevo mas de una década trabajando en internet y conozco sus limitaciones muy bien.
    Eso si, como vendedor, te mereces un 10. Un lenguaje cuasimistico, vendiendo un futuro te(c)leológico inevitable, lleno de cosas que parecen positivas. Pero cuando te abstraes de las emociones que transmites y vas a lo sustantivo ¿que es lo que dices? ¿Sabes, realmente, qué estas defendiendo o simplemente solo sabes hacerlo? ¿Sabes lo que es la política?
    Sencillamente, tengo serias dudas. Sabes lo que es la comunicación, de eso no tengo duda. Sabes lo que son las ideas y como convencer. Pero la política, ademas de emoción e ideas, es poder también, duro, desagradable, manipulador incluso. Esa visión tuya de la arcadia tecnológica es, sencillamente irreal. Internet no solo multiplica la posibilidad de manipulación, es que su propia esencia, la propia defensa de lo anónimo, en muchas ocasiones, lo facilita hasta extremos inasumibles. No solo eso: la sociedad red (Castells) se ha demostrado en su sutileza mucho mas tiránica que la sociedad fordista. Lo digo para los que piensen que la horizontalizacion es mas democrática siempre y mas emancipadora. Como decían por ahí: lo peor no es que tu jefe te obligue a hacer cosas. Lo peor es que encima lo hace como colega. Tu planteamiento entronca bien con los asamblearismos, pero en tu caso a escala global. Y, como ellos, falla en percibir que la manipulación y el poder puede existir con facilidad en entornos difusos, masivos, cuando no hay cabezas ni instituciones claras. No hay mayor tiranía que no saber a quien debes responsabilizar y a quien pedir cuentas, ni como hacerlo, por que siempre, en cualquier asamblearismo, hay alguien que toma la decisión, desde la sombra. El peor tirano es el que no se sabe que es tirano. Asi pues, asamblearismos infinitos en internet, arcadias felices y teleologias buenistas de futuros tecnológicos inevitables y perfectos, las justas.
    No perdamos de vista la realidad. Y la realidad es que internet es un medio de comunicación muy importante. Que representara una parte central del futuro, también en la politica. Que los partidos tendrán que adaptarse a internet. Pero ni desaparecerán, ni la política será internet, como planteas. Es más, seria indeseable que así fuese.
    Al tiempo. Y te lo dice un convencido de internet, que lo defiende intensamente en su partido. Pero creo ser capaz de ver donde comienza lo pragmático y comienza el desvarío y el autoengaño. O el marketing.
    PD: Firmo con mi nombre real, por que creo que hay que dar la cara 🙂
    PPD: Y te pido disculpas si te sienta mal el comentario. Simplemente, llevaba un tiempo dando vueltas a lo que dices y tenia, tarde o temprano, que saltar y responder 🙂

  2. Estimado Ignacio
    Me atribuyes afirmaciones e intenciones que no digo, ni pienso o pretendo (“palabrerías”, dices).
    Me alegro que me hayas escrito.
    Es mejor “sacarlo”… y espero que te sientas mejor.
    Solo lamento que no hayamos conversado personalmente tus impresiones con un café por medio. Verás que no estamos tan lejos. Y que mi pasión no es fascinación por la tecnología…; sino por la política. Por la nueva política.
    Ya tengo una edad para despreciar lo que hemos conseguido. Por obtenerlo pagué, además, un precio muy caro. Pero no hay peor ciego que el que no quiere ver.
    Y los partidos deberán reconvertir su ADN analógico, piramidal, jerárquico, centralizado y vertical… si quieren, no sólo sobrevivir, sino renovar su fundamento democrático. Su actual ADN no encaja en el nuevo ecosistema social.
    Quizás me explico mejor cuando escribo que cuando hablo.
    No lo sé.
    Pero espero que te sea útil este texto.
    https://www.gutierrez-rubi.es//2011/12/27/otro-modelo-de-partido-es-posible/

  3. Me gusta la respuesta inteligente y serena que das a Ignacio. Creo que la palabrería se encuentra más cerca de los mitines y actos de partido, ¡¡qué decir en campaña electoral!!!. Una reflexión sobre las posibilidades de organizarse de otra manera es lo que tiene y parece que a muchos asusta. Quiero y me gustaría creer que será cuestión de tiempo.

  4. Es una respuesta tranquila, a un exabrupto 🙂 y ya, por eso, tienes ganado medio debate. Pero me temo que el fondo del debate sigue irresuelto y tan insatisfactorio como siempre.
    Los partidos tienen que cambiar? Puede ser. Pero pensar que la horizontalizacion total es posible y deseable, es cuanto menos dudoso. También lo es que internet será la política. También que la política es o será twitter. Y un largo etc
    Me disculpo por las formas. Pero, de nuevo, no nos quedemos en el debate de las formas y los canales. Ni lo asambleario y horizontal es inevitable, ni deseable ni tan siquiera viable tras la aparición de twitter y FB. Y lo político no es solo comunicación: hay poder.
    Espero que por lo menos eso quede ahí. Corremos el riesgo de convertir lo político en una discusión SOBRE twitter y FB. Y lo que importa es lo que se dice. La forma no es el mensaje 🙂
    Un saludo!!

  5. Ignacio…, no había contienda. Al menos por mi parte.
    No soy fundamentalista en nada. Tampoco en mis convicciones. Y, además, sospecho, recelo, desconfío de quien las tenga muy firmes e inamovibles, tanto si coinciden o no con las mías.
    No hay nada de que disculparse.
    El debate está abierto.
    Y, una vez más, discrepo. Las formas sí son fondo. http://blogs.elpais.com/las-formas-son-fondo/
    Lo dejo aquí. Un abrazo lector.

  6. Quede claro de antemano que posiblemente yo también sea una idealista que cree en la Utopía, así con mayúsculas. Y como Moro buscaba su isla, yo busco la mía para establecer esa Utopía. Y en Internet he encontrado el primer atisbo de que eso es posible. Aún lejano, inconexo, a veces distópico…pero posible. Millones de personas con voz propia y que pueden hacer llegar su voz a otros aunque muchas veces se utilice para repetir consignas como loros. Pero otras no. Blogs que de verdad practican el pensamiento crítico con mayor o menor acierto, sin estar sujetos a ningún medio que les ponga los límites. También sirve para propagar «ideologías» del más de lo mismo. Pero por primera vez, el ciudadano tiene voz real. Y cada vez está menos dispuesto a quedarse callado. A ser un mero receptáculo pasivo de lo que los poderes fácticos decidan hacer con él. Queda mucho camino, pero se atisba ese camino. Figuras como Gene Sharp pueden inspirarnos en ese rumbo. ¿Si se puede tumbar pacíficamente a un tirano, no se puede conseguir que un político electo responda antes sus electores?
    Lo que no se puede perder es la esperanza ni la ilusión de conseguirlo. Como escuché ayer decir: mientras no te rindes, no has sido derrotado.

  7. Gracias a todas las personas que con vuestros RT’s, menciones o comentarios hacéis que escribir y compartir tenga mucho sentido para mí.

    Mertxe
    Distópico! 12 grandes películas distópicas! http://alt1040.com/2011/04/doce-grandes-peliculas-distopicas
    Pero lo que estamos construyendo no es ficción… es una manera intentar aproximarnos a nuevas conciencias de socialización!
    Más sobre Sharp.
    Su libro más conocido es «La política de la acción no violenta» (1973), en el que provee un análisis político pragmático de la acción no violenta como un método de utilizar el poder en un conflicto. La obra de Sharp más traducida y distribuida es De la Dictadura a la Democracia , escrito para el movimiento democrático birmano en 1993, tras el encarcelamiento de Aung San Suu Kyi. Sus manuales se han distribuido por distintos países como Serbia, Irán, Rusia o Egipto, entre otros. De hecho, algunos de ellos llevaban tiempo circulando entre los miembros de uno de los grupos que iniciaron las protestas en la plaza de Tahrir, en El Cairo, el denominado Movimiento 6 de abril.
    Está disponible en Internet de forma gratuita y en 24 idiomas http://bit.ly/aD9FcQ

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